No es la parroquia de San Esteban de Valdueza la única del valle que conserva sobre su puerta de acceso este tipo de azulejo cuadrangular vidriado en blanco y con letras identficativas en azul donde se recoge su condición de parroquia, o incluso su adovación. En este caso únicamente alude a la primera.
Cruz de madera de gran tamaño dispuesta en el exterior de la iglesia, elaborada en dos únicas piezas. Sus brazos se rematan en formas globulares. Y, aplicados sobre árbol se conserva el subpedáneo y un corazón, este último en la unión con el travesaño. Hacia el remate inferior se aprecian dos agujeros que desconocemos a qué pertenecen.
Piezas de madera efigiando a dos ángeles ceroferarios de rodillas sobre una serie de nubes. Visten larga túnica hasta los pies de color anaranjado, excepto el cuello y la bocamanga que son azulados. Sus largas caballeras van tocadas por sendas coronas florales. Su cabeza se inclinada hacia delante en señal de respeto y mientras su mano izquierda va hacia el pecho, la derecha sustenta un largo hachero en cuya parte superior acogería una vela real. Pudieron formar parte de un monumento de Jueves Santo o adornar alguno de los retablos de la iglesia. Hemos visto ejemplares similares en otras iglesias del valle.
Segunda pila bautismal de la parroquia e igualmente en desuso. Es de menor tamaño y, al contrario que la anterior, muestra decoración en su cara exterior, concretamente dos bandas perimetrales lisas en borde superior. No conserva su pie y, desde luego, lo tuvo dado el orificio en su cara inferior.
Pieza monolítica de aspecto granítico que formaría parte de una pila bautismal hoy en desuso. Le falta en pie, puesto que en la actualidad se apoya directamente sobre la tarima de bajo coro. Cuenta con tapadera, moderna, y herrajes metálicos.
Mueble de forma prismática y base rectangular en el que se debieron guardar algunas vestiduras litúrgicas o papeles de la parroquia. Se sustenta sobre tres pata de cabeza lobulada y se cubre con una tapa abatible de borde moldurado. Conserva su cerraja original que, para su apertura, necesitaba de dos llaves distintas.
Catafalco de la cofradía de ánimas, concebido a modo de monumento portátil. Adopta forma turriforme, con varios cuerpos prismáticos superpuestos de manera decreciente. Sobre los dos primeros, rectangulares, se dispone otro troncopiramidal con cruz de remate. Lo reciente de su hechura explica la sencillez de su imagen, donde los elementos decorativos se limitan a algunos tornapuntas de talla en la transición de las piezas superiores. Salvo eso, el resto son molduras lisas y una policromía de lo más simple a base de tonos marrones y negro. En su parte superior corre una leyenda en latín alusiva a las Ánimas. En la actualidad carece ya de uso, aunque es una pieza de innegable interés histórico y antropológico.