Cartela de cueros recortados en cuyo centro se dispone un relieve del evangelista San Lucas. El santo se muestra recostado y vestido con larga túnica oscura. Bajo su brazo derecho asoma una testuz de buey, su símbolo en el Tetramorfos, y a los pies un árbol de tronco nudoso. Se muestra en actitud de escribir sobre un libro abierto. Ha perdido buena parte de su rostro.
Escultura del arcángel San Miguel vestido como celestial soldado que vence al demonio. Así, porta armadura completa y yelmo pero, además, sobre su hombro derecho cuelga una capa roja y dorada con estofaduras. En la mano derecha sujeta una balanza con dos almas, representando así su faceta como psicopompo. En la diestra hoy sujeta en una cruz, pero en origen sería una lanza para abatir al demonio que yace tumbado a sus pies. Es una talla de cierta calidad y bien resulta en todos los sentidos.
Escultura de bulto redondo del santo de Padua. Se representa conforme a su iconografía más habitual, en pie, vestido con hábito franciscano ceñido a la cintura, y con el libro el Niño Jesús sobre su mano izquierda. Su mano derecha, en alto, pudo llevar algún otro atributo. Respecto al tratamiento de los rostros, anatomías y paños resulta bastante dispar. Los primeros son bastante anodinos, los segundos están bien resueltos, con abundantes plegados de aspecto duro y metálico. La talla va sobre una pequeña peana, aunque se le ha añadido una especie de cascarón bajo ella, seguramente para igualar su altura respecto al resto de esculturas del retablo.
Talla del titular de la parroquia ataviada con sus atributos iconográficos más habituales: el cuchillo aludiendo a su martirio y una diablesa atada con una cadena a sus pies. El santo aparece en pie, vestido con túnica y manto de abundantes plegados. Su rostro, alargado y de flácidas carnes, lleva barba y cabellera acaracolada. Bajo la túnica asoman sus pies desnudos