Elementos inmateriales
Incluye un estudio de investigación sobre la antropología y su contextualización en el Patrimonio Comunitario del territorio, identificando todos los recursos del Municipio y su vinculación a la creación de productos, itinerarios culturales y turísticos.
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La sombra de los valles
La expresión " por la sombra de los valles" alude a una forma tradicional de medir el tiempo en una estrecha relación con la naturaleza. La expresión se encuentra directamente relacionada con el pastoreo del ganado, actividad fundamental en los valles de la llamada Tebaida Berciana. La actividad del pastoreo, excepto en aquellos momentos en los que la nieve cubría de forma completa los valles se llevada a cabo de forma colectiva o colaborativa. Los ganados se agrupaban y los vecinos pastoreaban varios rebaños según le tocaba según la regla institucionalizada de "ir a días". El pastoreo denotaba un conocimiento del monte adquirido desde la infancia a través de todo un conjunto de categorías toponímicas que dotaban de un sentido local y cercano al territorio. El cuidado del ganado llevaba todo el día con la vigilancia puesta en el control del rebaño ante los distintos lugares sembrados y guiándose en todo momento por el sol y , sobre todo, por la sombra de los valles. -
La huerta como un pincel.
La huerta forma parte del paisaje de los pueblos de la tebaida. En la localidad de Valdefrancos, la huerta se encuentra al lado de la Iglesia en uno de los pocos lugares planos que ofrece la geografía del lugar. En la vida familiar la huerta ha sido la tierra que se ha trabajado incluso hasta los últimos días de la vida. Cuando otras tierras se iban vendiendo o abandonando por no poderse trabajar, el terreno de huerta quedaba como última tarea, en muchos casos ya de entretenimiento. En el documento etnográfico que presentamos aparece de un modo nítido la percepción de esclavitud que tenía la vida relacionada con la tierra y con el ganado. A su vez se describen los productos más habituales que se plantaban, y resulta interesante también ver cómo la tierra y las plantas de la huerta se cuidaban con especial esmero y despertaban cierta admiración. En la huerta berciana se plantaba en algunos casos el llamado pan, si bien, la mayor parte del cultivo se realizada fuera de estas huertas, pero no podían faltar los garbanzos, patatas, pimientos, cebollas, etc. En determinados momentos la huerta ha sido un mecanismo muy importante de distribución de alimentos entre padres e hijos, tal y como se menciona en el documento etnográfico. Ha sido también un lugar de orden, de cuidado y de conocimiento de los momentos de preparación de la tierra, de siembra, de recogida y de cuidado, por eso ha sido importante tenerla siempre que se podía como un pincel. -
El calero.
El calero describe el lugar donde se fabricaba la cal. Esta técnica artesanal ha desaparecido, si bien, en las sociedades tradicionales ha sido enormemente importante y por eso debe ser reseñada y documentada. En la actualidad este producto se fabrica de modo industrial. Sin embargo hay que tener en cuenta que en los valles de la Tebaida, y hasta hace prácticamente una generación se fabricaba de modo artesanal en distintos lugares y uno de ellos se encontraba en la localidad de San Pedro de Montes, en las afueras del pueblo. Se necesita, por tanto, de forma inicial la materia prima que es la piedra caliza. Tal y como percibimos en la explicación del audio, no servía cualquier piedra. Se requiere un conocimiento transmitido para diferenciar los tipos de piedra, que aquí se describen como "macho" y "hembra". Solamente se utilizaba la piedra macho. En las caleras se distinguía claramente la parte del hogar o del fuego de la parte más alta donde se quemaban las piedras hasta deshacerlas para convertirlas en cal. Los usos de la cal en las sociedades tradicionales han sido muy variados. El principal ha sido su utilización como argamasa para la construcción y en forma de lechada para blanquear edificios. En edificios religiosos se ha usado para recubrir las paredes y posibilitar la pintura con la técnica del fresco. Pero también ha sido útil para desinfectar árboles y del mismo modo, como desinfectante en enfermedades contagiosas. Ha tenido también un efecto de prevención ante epidemias y enfermedades. Se ha usado para secar el aire en espacios cerrados e incluso para curar las molestias causadas por las diarreas y los vómitos. Han sido numerosas las familias y las generaciones que han vivido de la producción artesanal de la cal, y a pesar de su desaparición, la profesión se mantiene a veces en numerosos apellidos. -
El hornero.
El hornero desempeña una importante labor en la vida comunitaria de las sociedades tradicionales. Por la realización de su labor recibía una cantidad ajustada del pan de cada hornada. El hornero no masaba, y por tanto, el gasto habitual de pan para su familia lo recibía en cada una de las hornadas, y este variaba en función de la cantidad que cada una de las familias llevaba a hornear. Además con la masa sobrante muchas familias regalaban al hornero algún bollo o empanada extra, tal y como se describe en el audio que se adjunta. En principio parecía que el hornero recibía una hogaza por cada hornada, pero de un modo más preciso, resulta que por cada cuatro cuartales, el hornero recibía una cantidad en pan de libra y media. A pesar de que el horno se subastaba cada año, por regla general este trabajo solía recaer en la misma o mismas personas a lo largo del tiempo. -
"Prinar los lobos"
Cuatro son los elementos que de un modo destacado aparecen en el audio que acompaña a esta entrada y que muestran muchos de los acontecimientos de la vida cotidiana del mundo rural ganadero en los valles de la Tebaida berciana. En primer lugar el rebaño, en este caso de ovejas, pero también ha sido frecuente en la zona el de cabras y en menor medida, el vacuno. En segundo lugar el lobo, animal que ha constituido durante mucho tiempo el imaginario colectivo como representante del lado salvaje de la naturaleza, de la alteridad más radical que estaba siempre ahí presente para recordar los límites entre la casa, la protección y el bosque, lo salvaje y de lo que hay que protegerse. En tercer lugar, los perros. En la lectura antropomórfica del pasado, la lucha entre el hombre y el lobo ha destacado como procesos constitutivos de valentía y hombría , y se ha tendido a invisibilizar la lucha entre perros y lobos, como podemos escuchar. Y el cuarto lugar, el hombre. En la vida tradicional, esta combinación de elementos han estado presentes de forma permanente. Si el lobo furaba una oveja y había que sacrificarla, la pérdida es grande. Si los lobos atacaban a todo un rebaño, la pérdida es todavía mayor. Por tal motivo, se mantienen en el imaginario colectivo, en esa nebulosa del pasado entre la leyenda y la realidad el momento en el que unos lobos se prinaron ante los perros y el pastor. -
El zapatero de Valdecañada.
La posesión de zapatos en las localidades de la Tebaiada berciana no estaba al alcance de todas las familias. Durante mucho tiempo se consideró una prenda de lujo que había que cuidar al máximo y solamente usarla en determinadas ocasiones. Los pies se protegían habitualmente con alpargatas y con ellas se llevaba a cabo la mayor parte de los trabajos y faenas productivas. En el audio que adjuntamos se pone de manifiesto este valor que los zapatos han tenido y que forma parte importante de la memoria de algunos de los habitantes de San Esteban. Como objeto de gran valor que eran debían de ser reparados cuando se gastaban o rompían. Contaban para ello con los llamados zapateros de viejo o zapateros remendones, oficio que estaba presente en cada localidad y que el tiempo fue poco a poco extinguiendo. Cuando ya no había zapateros en una localidad, el trabajo se convirtió en ambulante, y así los zapateros dedicaban gran parte de su tiempo en recorrer caminos y senderos para atender las necesidades que tenían los zapatos en otros lugares. Entre sus conocimientos destacaban el manejo del cuero y la facilidad para trabajar con distintas herramientas como cuchillas de acero para cortar el cuero, martillo remendón y martillo fino, también llamado galgo, manopla, tirapié, escarificador para realizar agujeros, horma de madera, estacas, tenazas ,escofina y algunos otros. El uso de los zapatos estaba, como hemos comentado, de un modo muy restringido a determinadas circunstancias, así se comenta cómo se caminaba con alpargatas y al llegar a las calles principales de Ponferrada se ponían los zapatos para no gastarlos. Al tiempo se comenta también cómo había un día en cada localidad, en San Esteban de Valdueza era el domingo, en el que se realizaban las reparaciones del calzado por parte del zapatero de Valdecañada que quedó como referencia para las localidades de la zona. -
De Lobos y Hombres I
El lobo y el ser humano en estos valles de la Tebaida berciana han convivido tanto en el mundo real como en el mundo imaginario y simbólico. Han compartido espacios y tiempo, y a su vez, han competido por los mismos recursos. El lobo ha intentado sobrevivir apropiándose del ganado, mientras que para el hombre el ganado ha sido su principal sustento en muchas de las localidades de estos valles montañosos. En muchos casos ha sido considerado, fruto del miedo que ha provocado su presencia, como la alteridad radical, lo que se encuentra del otro lado, lo salvaje y lo siniestro. Por este motivo, la imaginación cultural humana le ha dotado de todo tipo de poderes que desafían las lógicas humanas conocidas, desde transmitir el mal de ojo, hasta convertirse en ser mitológico en los cuentos infantiles o ser precursor la muerte a través de su aullido. A pesar de su compleja relación, hombres y lobos forman parte de un ecosistema que se ha mantenido en equilibrio durante mucho tiempo. -
Los lindes.
En un contexto de mayor densidad del actual y con rebaños y veceras de gran número, el aprovechamiento de los montes y de los pastos resultaba fundamental. Por tal motivo, era especialmente importante el conocimiento y la señalización de los distintos límites territoriales. Esto se realizaba a base de mojones o accidentes en el terreno que fueses conocidos por todos y que servían como referencia para determinar la territorialidad. Aún así las desavenencias ocurrían de vez en cuando entre habitantes de los municipios que lindaban. También hay que señalar que en momentos de extrema gravedad, como podían ser riadas o fuegos, la solidaridad era muy grande entre los habitantes de estos municipios colindantes. Límite procede de limes y este término, a su vez, de limus, que indica algo que se encuentra atravesado, refiere a una línea divisoria, a separación física, pero también a cualquier separación inmaterial. Nuestra condición humana ha organizado el espacio teniendo en cuenta los lindes, que asumen, en función de contextos determinados, términos distintos. Así cabe referirnos a los cercos, barreras, vallas, mojones, cotos, etc. En la expresión, materialización y tratamiento de los lindes se percibe el sentido colectivo y grupal de las distintas formas de poblamiento. En el audio que adjuntamos resulta perceptible de un modo muy claro. Hay un sentimiento de comunidad en el valle entre los llamados Compludos, y este sentimiento se deja notar en el modo de actuar ante los límites. En cambio, aparece bien señalado quienes son los otros, los que se encuentran más alejados de nuestro forma de pertenencia, de nuestra identidad.
Tejo Milenario, San Cristóbal de Valdueza
Elemento: Costumbres asociadas al árbol: EL TEJO.
Medio: El Tejo - Vista frontal







