Monje benedictino de amplia tonsura presentado de pie, con mirada hacia arriba y cabeza girada enmarcada por una gran venera dorada dispuesta detrás de ella. Muestra su cuello degollado, con visible tajo y sangre. Viste hábito negro con estofados geométricos, capillo hacia atrás. Porta palma del martirio en la mano izquierda y apoya la derecha sobre su vientre.
Monje benedictino de amplia tonsura presentado de pie, con mirada hacia un lateral e incorrección anatómica en la extraña oreja y grandes ojos almendrados. La cabeza queda enmarcada por una gran venera dorada dispuesta detrás de ella. Viste hábito negro con estofados geométricos, capillo hacia atrás. Porta báculo abacial dorado en la mano izquierda y libro abierto (la "Regula Sancti Benedicti") en la derecha.
El fundador de la orden benedictina, de pie, con la cabeza descubierta, muestra amplia tonsura y generosa barba partida en dos. Mira de frente y sostiene con su mano izquierda un báculo de. Viste la cogulla benedictina, pero azul (todo estofado con dorados geométricos), con largos pliegues paralelos animados por alguno cruzado, mangas de enorme caída y capillo echado hacia atrás. Se asienta sin peana propia.
El santo, barbilampiño, de pie, con ojos de vidrio, y atado a un tronco por los brazos, se muestra con un suave escorzo realzado por la cabeza mirando al cielo, la posición del brazo derecho, flexionado hacia arriba y con la palma de la mano por detrás de la cabeza, y las marcadas caja torácica y costillas. Un paño de pureza le cubre la cintura, sin nudos. Una gran flecha está hincada en su muslo derecho.
Figura de escayola con la santa de pie, nimbada (con aro de metal), con vestido rosa y túnica verde, que sostiene en una mano la palma del martirio y en la otra una copa tipo kylix con los dos ojos como símbolo parlante.
El fundador de la orden benedictina, de pie, sin nimbo, muestra amplia calva y generosa barba. Inclina la cabeza y entorna los ojos hacia el libro abierto que sostiene con su mano izquierda, mientras con la otra mantiene un alto báculo de dorado remate. A sus pies (apenas se adivina la punta de uno de sus zapatos), la mitra abacial, decorada con una cruz dorada y estampados en los espacios libres. Viste la cogulla benedictina negra, con largos pliegues paralelos, mangas de enorme caída con ancho ribete dorado, también advertible en su capillo, echado hacia atrás. Porta una cruz sobre el pecho, dorada y con cabujones dibujados. La talla se asienta sobre una ancha y delgada peana. En ella se dispone, además de la mitra, un cuervo con un pan en la boca (el que alimentaba a san Benito, según la leyenda recogida por san Gregorio Magno).
San Benito, barbado, tonsurado y con el hábito benedictino con estofados se muestra arrodillado ante una cruz de altar (un crucifijo con Cristo de tres clavos) montado en un escabel. El santo sostiene, abierta, los Diálogos de Gregorio Magno, en la mano izquierda y un báculo abacial en la derecha. Encima de la escena, se abigarran ángeles y la figura de Dios Padre entre un nubaje. El libro abierto deja ver el punto de lectura donde se muestra un pasaje bíblico.