Bienes históricos y artísticos

Conjunto de fichas

Fichas

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  • Dintel inscrito

    Reproducción de una piedra rectangular inscrita. Texto de la inscripción: "AECCE SCE CRUCIS". Las interpretaciones clásicas varían según se decida restituir las abreviaturas. Así, podría ser tanto AECCE [SIGNUM] S[AN]C[TA]E CRUCIS (Aquí está el signo de la Santa Cruz) o AECC[LESI]E S[AN]C[T]E CRUCIS (Iglesia de la Santa Cruz).
  • Cáliz-copón

    También conocidos como Cáliz y patena del abad Pelayo, se trata de una de las joyas más preciadas de la orfebrería románica hispana. El cáliz responde a una estructura de gran simplicidad estructural, dividido en tres partes claramente definidas. La base se resuelve con la forma de tronco de cono truncado y liso, sencillamente cincelado en el labio exterior. Su interior aparece recorrido por una inscripción grabada y dorada. El nudo, fundido, es un prodigio de trabajo de imitación vegetal, con un juego de nudos, de curvas y contracurvas entrelazadas de evocación irlandesa, en cuyos cuatro puntos se distribuyen los símbolos tradicionales del Tetramorfos. La copa, en forma de media esfera tan sólo muestra su interior y el borde exterior dorado, sin ornamento alguno que distraiga la configuración final. En un momento indeterminado del siglo XIX un responsable de la diócesis de Astorga los regaló al Cardenal Moreno, arzobispo de Valladolid y de Toledo, y a su muerte los herederos vendieron ambas piezas a un anticuario, quien en 1886 las revendió mediante subasta pública al Museo del Louvre.
  • Cruz de Peñalba

    Se trata de una cruz votiva equilátera, patada con ápices cóncavos, y sus brazos de láminas de latón se insertan en un disco central compuesto de dos chapas claveteadas. El anverso se orla de una cinta cincelada a base de tallos ondulados, alrededor de sus brazos, sólo interrumpida en el extremo inferior, poniéndonos sobreaviso de su posible carácter procesional, no pendente. La rítmica presencia de chatones de pedrería no permite, sin embargo, realizar lecturas simbólicas como se ha hecho con otras cruces del antiguo medievo, pues como día son postizos, como las letras alfa y omega. El reverso, con la impronta de esta decoración, reparte la leyenda dedicatoria en sus cuatro brazos con grafía mozárabe en finos trazos oblicuos.
  • Ventana bífora/fragmento de cancel

    Ventana bífora recompuesta en lo que parece un fragmento de cancel, que forma uno de los vanos (el otro se perdió por fractura). Completa el conjunto un dintel superpuesto y una lápida con inscripción a modo de jamba.
  • Modillón de lóbulos o rollos

    El modillón, que se encuentra fragmentado, remata su lóbulo mayor con una roseta hexapétala helicoidal, que rota en cada faceta hacia un lado distinto. Además, muestra distinta disposición en cada una de sus caras; en una, los lóbulos menores desarrollan dos hileras de rosetas (con hexapétalas rectas y motivos geométricos); en la otra, más desgastada, se intuyen cruces inscritas en círculos en única hilera.
  • Tablas de retablo

    Según Voces Jolías estos seis fragmentos pertenecerían al banco del antiguo retablo mayor de Lombillo, encargado al pintor astorgano Hernando Pavón en 1586. Estas junto al resto del retablo se deshecharon a la hora de hacer la nueva máquina ya en época barroca. Según él mismo explica, algunos retazos fueron empleados para hacer un confesionario, colocando las pinturas hacia el interior del mismo. De allí las rescataría don Augusto Quintana cuando era párroco del lugar. Aparentemente pertenecen a dos tableros distintos, uno que trataría la Natividad y otro la Epifanía
  • Cruz de espadaña

    Sencillísima cruz de hierro que sirve como remate a la espadaña de la ermita. Parece que no contiene ningún tipo de anclaje o remate para unir los dos travesaños de la cruz, por lo que se unión se haría en el propio proceso de forjado. Tiene perfil de cruz latina, con los extremos de sus brazos ensanchados a martillo.
  • Campana

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