Bienes históricos y artísticos

Conjunto de fichas

Fichas

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  • San Benito

    Benedictino con cuidada barba, de pie, con un hábito (sin cíngulo) provisto de mangas con amplísimo vuelo, muy bien resueltos por el eficaz tratamiento de los plegados. Los hombros de la cogulla se pliegan simétricamente al interior. El santo, con amplia tonsura, sostiene un libro abierto en su mano izquierda y adelante el brazo derecho, donde quizá haya perdido algún atributo. En el suelo, una mitra abacial, quizá en señal de humildad, y los restos de lo que posiblemente fuera un cuervo que portase un pan, lo que nos lleva a identificarlo con el fundador de la orden benedictina.
  • Santa Gertrudis la Magna

    Santa Gertrudis la Magna (para diferenciarla de otra contemporánea, santa también, Gertrudis de Helfta) se muestra como monja benedictina, de pie, con un hábito (sin cíngulo) provisto de mangas con amplísimo vuelo, muy bien resueltos por el eficaz tratamiento de los plegados. Sostiene un corazón en su mano derecha, pegado al pecho, y adelanta el brazo izquierdo, donde quizá dispusiese un báculo, hoy perdido. En sus dedos se disponen los siete anillos, otro de sus atributos.
  • Retablo de San Martín

    Retablo de carácter escultórico dispuesto en la capilla mayor de la iglesia, para cual su estructura se pliegue en tres grandes paños. Cada uno de ellos se organiza en tres cuerpos y, a nivel general, podríamos reconocer cinco calles y dos entrecalles. Lo cierto es que su estructura es bastante más compleja de lo que aquí descrito, pese a que toma como modelo el retablo de la Catedral de Astorga, máquina paradigmática en cuanto a orden, claridad y proporción. Es más, al contrario que allí, en San Martín aún se mantienen ciertas notas manieristas que formarán parte del léxico artístico de su tracista. La principal estridencia (sin entrar en el banco barroco añadido) la encontramos en el primer cuerpo, que se divide en dos alturas, la primera jalonada por órdenes clásicos y a segunda pilastras cuajadas de abultada talla; aun de distinto tamaño ambas se pensaron para recibir imágenes de bulto, aunque las primeras dentro de hornacinas aveneradas y las segundas en pequeños encasamientos cuadrangulares. Los dos pisos superiores no plantean tales problemas, aunque en ellos las calles laterales se dedicaron a relieves y la central y sus entrecalles a imaginería, todas ellas cajas rectangulares y ventanas tabernáculo. En ese sentido, sólo se rompe ligeramente la articulación en la calle central, cuyas cajas suelen ser de mayor tamaño aunque no desbordan los respectivos entablamentos. Por último, la coronación del retablo se realiza mediante varios frontones que alternan sus formas y en el centro una suerte de tabernáculo ochavado de dos pisos, único espacio pensado para alojar pinturas.
  • Ángel tenante

    Ángel tenante sentado, vestido con policromado manto de amplios pliegues que descubren sus piernas, que sostiene entre sus dos manos una cartela muda en forma de cuero recortado.
  • Ángel tenante

    Ángel tenante sentado, vestido con policromado manto de amplios pliegues que descubren sus piernas, que sostiene entre sus dos manos una cartela muda en forma de cuero recortado.
  • San Diego de Alcalá

    Santo de amplia tonsura, de pie. Viste hábito franciscano con el cíngulo y ribetes dorados. Levanta la mano derecha, donde quizá portó una cruz, atributo hoy perdido. Lo más sorprendente es el diminuto infante que, de pie y en el costado izquierdo del santo, mira hacia él y levanta su brazo derecho, como queriéndose respingar de la mano del franciscano. El niño viste un túnica de colores claros. La amplia tonsura, el carácter franciscano, y el libro nos hacen suponer que posiblemente se trate de San Diego de Alcalá.
  • Santo Cristo

    Crucificado de tres clavos y factura popular, al que las repolicromías no le ayudan demasiado. Con los ojos cerrados, una corona de espinas suelta y cabello natural larguísimo, campea en la cruz sin señal apenas de sufrimiento, a pesar de las salpicaduras de sangre y tumefacciones agresivamente azuladas. Ladea su cabeza hacia su derecha levemente, luce barba corta, un poco airosa, y un perizonium largo blanco con nudo casi sin relieve, a su derecha, que es adonde marca el escorzo. Los problemas del escultor se demuestran en los pies, cruzados de manera poco natural para ser anclados con un solo clavo.
  • Gradas del Santo Cristo

    Cuatro gradas poligonales (medio octógono), con la tradicional merma ascendente, policromadas, y con casetones en sus partes visibles decoradas con cueros recortados y cabezas de querubines, doradas. Su base ocupa la planta de la hornacina. Su función es realzar (y simular que alzan) la base de la Cruz.