Consta de dos tableros reaprovechados, con figuras incisas y pintadas con vivos colores, que se completan con otras piezas de madera, lisas y sin policromar, para ajustarse al tamaño de la mesa.
Los tableros decorados muestran, incisa, una flor hexapétala inscrita en un círculo. Uno de ellos, además, motivos triangulares, separando campos.
El resto de la decoración se realiza a partir de círculos secantes y concéntricos pintados, con nuevos motivos de hexapétalas en ocasiones.
Su decoración pintada recuerda a la empleada en las partes principales del retablo mayor, lo que nos lleva a momentos muy avanzados del siglo XX.
Cristo crucificado de canon corto, y marcada anatomía torácica. Luce un paño de pureza corto, con plegados correctos, y nudo en el costado derecho. La cruz ha perdido el titulus.
Pieza de madera compuesta de tablones unidos mediante listones por su parte posterior, no visibles. Entre dos pilastrillas laterales estriadas acoge el tablero central, moldurado, en que destaca una moldura óvalada central a modo de clípeo donde se representa una letra M.
Retablo hornacina, en su color, que consta de banco, un cuerpo y ático (actualmente caído, remataba con frontón triangular y tarja central). Está flanqueado por dos columnas salomónicas apoyadas en las correspondientes ménsulas y rematadas por capiteles corintos. El arco de medio punto de la hornacina contiene en su intradós casetones con bulbos a modo de pinjantes.
Todo el retablo se abarrota de golpes de talla.