Virgen de la Encina
Ficha
- Localización
- Ubicación / nombre edificio
- Uso
- Resumen
- Categoría
- Objeto / bien
- Identificación
- Soporte
- Técnica
- Medidas por separado en cm
- Tipo iconográfico
- Descripción
- Cronología
- Estilo / escuela
- Interés
- Estado de conservación
- Notas / observaciones
- Musealizable
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Lienzo: Virgen de la Encina
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Virgen de la Encina
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con marco: 87 x 70
sin marco: 60 x 40
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Tabla con la representación de una Virgen con Niño sobre ostentosa peana (con cruz potenzada) que sigue los modelos distribuidos para la piedad popular en múltiples grabados con leves cambios para representar vírgenes locales.
Lo extraordinario de la obra son las incrustaciones de nácar, que copan por entero el frente del ampuloso manto virginal y la mayor parte del marco, que se decora con abigarrados conjuntos florales, enteramente de nácar.
Por el cultivo de este tipo de técnica es posible que este cuadro proceda de tierras americanas, Un comprador como el ponferradino obispo José Flórez Osorio, que tantas obras donó a la iglesia mayor de su localidad, pudo adquirirlo en el mercado del arte en Valladolid (según se deduce de la inscripción del reverso), donde fue colegial en 1707 antes de llegar a ser el obispo de Orihuela (1727-1737) y Cuenca (1737-1759).
La Virgen se muestra estereotipadamente, si bien el color oscuro de su tez puede ser un indicio de su dedicación a la advocación de la Encina (La Morenica). Coronada Ella (y con un enorme nimbo radiado) y el Niño, ocupa el centro de una composición que unos cortinajes rojos abiertos (consta que tramoyas parecidas fueron aditamento histórico de la Virgen de la Encina, incluso una de plata) permiten contemplar, precedidos de una alfombra del mismo color con el monograma mariano en su decoración. Dos candeleros en el suelo preceden a los sagrados personajes y otras tantas lámparas arden colgadas en la parte superior. Dos varillas carillas, también de nácar, de un abanico penden de la parte superior, encoladas, quizá puestas con posterioridad.
El marco rectangular, pero con esquinas achaflanadas, despliega el nácar generosamente formando, como se dijo, motivos florales.
La generosidad que el legado del Obispo hizo a la Virgen de la Encina y los factores aludidos permiten, pues, atribuir a esta advocación la dedicación mariana. Sería la primera donación documentada, pues la mayor fue "post mortem". En 1707 el obispo tenía 33 años.
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Principios del siglo XVIII
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En la parte superior, dos varillas de abanico de nácar.
Inscripción en reverso: Dio esta pintura dn Joseph Flórez Oss[ori]o, colegial / maior de S. Saluador de / Oviedo, doctoral de la Sta. Ygl[esi]a d[e] Vall[adoli]d.
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Sí
- Fecha de creación
- September 15, 2024
- Fecha de modificación
- November 7, 2024





